Sentir el fresco aire de la mañana, los pájaros con su dulce melodía, el sol envolviendo con su calor nuestros cuerpos y observando el bello paisaje que cambia cada día.
Ellas, moviendo su colita al pasear, dando pequeños brincos de felicidad, jadeando .cada vez más, se acercan a mí para que las acaricie, y cómo no, a ver si les cae algún premio. Se sientan, esperan a poder saborear ese trocito de salchicha mmmmm ¡qué rico!
Y, así, pasa cada día, cada mañana con mis alegres perritas.
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